En estos días el Sol ya calienta lo suyo. La situación laboral, económica y social está que arde. Los incendios forestales devoran nuestros bosques. Desde luego, lo más apetecible es una brisa de aire fresco. Sin embargo, esta gaviota se obstina en volar muy cerca del fuego, y parece que esté jugando a inmolarse en las flameantes llamas. Todos saben que quien juega con fuego, termina quemándose. Y lo peor de todo, es la facilidad del fuego para transmitirse y devorarlo todo a su paso.
DSLR, 70-200 mm. f2,8 a f9 - 1/1250 s. ISO 200 -0,67 EV |
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