viernes, 15 de junio de 2012

EN LAS ANTÍPODAS (HACE SEIS MESES)---[5]

Llega puntual como siempre, citada cada año a primeros de diciembre en Mérida.
Es una dama
misteriosa, fascinante, encantadora, atractiva, ...
Durante las horas matutinas descansa junto al río, y confunde a nuestros ojos, privándolos de la misma monótona
visión cotidiana.
En su casa infinita repleta de visillos blancos colgando del techo, reside una invitación para perderse entre ellos
y, así, aparecer
luego al otro lado, despierto y con la cara fresca, recién lavada.
Esta señora ataviada con su mascara de plata, casi siempre, al llegar la tarde, nos regala un poco del dorado y
maravilloso sol de invierno.



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